La tierra es un bebé, ¿no la veis
cómo nos mira con su chupete? Parece contenta, seguro que es porque sabe que al
final acabaremos por protegerla.
Y si no me creéis, mirad. Fijaos
en cómo Azucena mira embelesada a Juanito, que es ya todo un bombero,
protegiendo las selvas del ardiente fuego.
¿Acaso no veis a Marcos? Qué
bondad la suya, recogiendo el agua de los polos. ¡Pobre! Se le va a cansar el
brazo de aguantar tanto rato la botella. Que su esfuerzo no caiga en vano,
usemos bien el agua que rescata.
El trabajo ya lo hemos comenzado,
pero aún nos queda mucho camino y para eso están las señales. Nos prohíben, nos
avisan y nos recomiendan cómo tratar la tierra. Míralas qué contentas están, saben
que ahora y siempre les haremos caso.
Si no les hacemos caso, nos helaremos y no habrá más "bañás". Construiremos hogueras entre el hielo y las pobres bellezas se helarán, como la pobre Carmencita entre el hielo.
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