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Diseño de Toño Savall García |
Bienvenidos niños, pasad, pasad, no os
quedéis ahí. Entrad en este bosque reposado, inspeccionadlo y escoged en él un
lugar que os guste y tumbaos.
¿Lo habéis hecho ya? ¡Estupendo! Pues
ahora, comencemos la expedición por él. Mirad a vuestro alrededor y
descubriréis un bosque que nunca antes habíais conocido.
¿Habéis visto el árbol del centro?
Fijaos bien en él. ¡Qué coqueto es! Se ha vestido con un traje de hilos de colores.
Seguro que sabía que lo visitaríais y se ha adornado con sus mejores galas.
¡Mirad su copa, niños! ¿Veis qué raros
pájaros reposan en él? Nunca había visto criaturas iguales, ¿y vosotros? Sus
cuerpos son de piñas, sus alas de hojas y sus patas de ramas. ¿Cómo se llamarán
estas extrañas criaturas? ¡Qué curiosidad! ¿Me ayudáis a bautizarlas? ¿Qué os
parece si las llamamos: Piñájaro y Pajarascos?
¡No lo puedo creer! ¡Mirad bajo su
copa! La sombra de este árbol es tan fresquita que hasta el dorado sol y su
gran amiga, la azulada nube, se cobijan en su sombra. ¡Qué bien se está bajo
sus ramas!
¡Qué curiosidad tengo! Quiero
investigar más sobre este bosque al que todos llaman “reposado”.
¡Vaya, qué cansancio! No sé cuánto
hemos andado. Tumbémonos un rato a reposar sobre este lugar a ver qué
descubrimos.
Qué cómoda es esta hierba y qué
curioso este lugar.
Siempre pensé que los planetas se
sujetaban en el cielo por sí mismos. ¡Qué curioso! Resulta que se sujetan desde
este reposado bosque con columnas de arcoíris.
Ojalá niños pudiésemos escalar por
estas columnas y visitar estos mundos de colores, qué hay en ellos y conocer a
ese planetita tan simpático que nos sonríe desde allí arriba. ¿Qué dices
planetita? ¿Que debemos seguir con nuestra expedición? ¿Que más allá del gran
árbol hay un valle? ¡Eso lo tenemos que ver!
Ha caído la noche, pero hemos llegado
al fin y la caminata lo merece. Tumbémonos y disfrutemos del olor de las
lavandas, enebros, lirios, tulipanes y de las demás curiosas flores de este
valle.
¡Cómo me gusta mirar el cielo desde
aquí! Las luminosas estrellas nos miran y nos sonríen desde el cielo. Reposemos
en este valle un tiempo y dejémonos maravillar por sus flores y sus estrellas.
No sé cuánto tiempo llevamos reposando sobre
las hierbas de este valle, pero es tiempo de abandonar este extraño lugar y de
dejar que otros aventureros investiguen este fantástico bosque, reposen sobre
su hierba, miren al cielo y descubran todas las maravillas que nosotros hemos
descubierto en esta expedición por El
bosque reposado.